Contamos con las próximas cortas vacaciones de Semana Santa. Todo el mundo espera estos días, pero cuando finalmente llegan, ¿los aprovechan adecuadamente?
Ya estamos preparando las maletas de viaje y… ¡Problemas! “Me olvidé del smartphone, de la tablet, de la laptop”. O cualquier otra cosa que me mantendrá conectado con los correos de mi trabajo u otras cosas que no te dejaban en paz. Cosas que no te permiten asociar tus vacaciones y el hecho de relajarte.
¡Desconéctate! Saca el máximo provecho a aquellos periodos alejados del trabajo en tu próximo viaje, sin pensar que estás olvidando empacar tu oficina entera.
Escoge un destino adecuado a tus posibilidades económicas, personales o familiares. Cambia tus hábitos, desconecta el despertador. Si ya planificaste algo con tus amigos, piensa bien si no es mejor hacerlo con tu familia, o quizás completamente solo para que tu destino sea un logro de completa desconexión con el mundo.
Encuentra la paz interior. No planifiques al 100% un viaje, la improvisación siempre es gratificante.
Sal de tu zona de confort, hacia un lugar en donde habrás nuevas oportunidades, experiencias, aventuras, travesías, destinos inimaginables y nuevas personas por conocer.
Por ejemplo, cuando nos mudamos a otra ciudad dejamos de lado nuestra zona de confort. Aprendemos a vivir en un marco distinto; y los temores iniciales se convierten en satisfacción una vez superados.
Durante tus vacaciones en Semana Santa trata de buscar el destino perfecto de acuerdo con tu contexto. Disfrútalas. No vivas de las experiencias de otros ni para complacer.
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