Al principio, era una modesta capilla, construida en 1544 por
el albañil Pedro Godinez y adquirió el título de catedral al fundarse el
Obispado de Arequipa en 1600. Las paredes eran de sillar y el techo de madera.
Según la catedral evolucionó tras sufrir los efectos de los terremotos de 1606,
1666, 1668, 1687 y 1784 (Ver más detalles en AQPlink). En el siglo XVIII la
catedral era una estructura de piedra y ladrillo de 60 m de largo por 28 de
ancho. Junto a la catedral se ubicaba la capilla de San Juan, pero ambas
iglesias fueron destruídas por un incendio en 1844 (, 2004).
La nueva catedral de estilo neoclásico, ocuparía la
extensión completa de la cuadra (107 m) fue obra del arquitecto arequipeño
Lucas Poblete. A cada lado del atrio de la catedral se ubicaron dos grandes
arcos, terminados en 1850 por Luis Gamo. De acuerdo a Grandidier (1861), la
catedral de Arequipa fue en su tiempo "el más importante monumento
construído en Hispanoamérica después de la independencia".
Sin embargo, dado el carácter comercial de la plaza, los
religiosos dominicos no dudaron en implementar una fila de kioskos en el atrio,
en desmedro de la estética del monumento. Estos locales, denominados cajoncitos
fueron demolidos en 1868 con el fin de iniciar una remodelación de la plaza
(Carpio Muñoz, 1983), poco antes de que el terrible terremoto de agosto de 1868
(magnitud 9.0) hiciera colapsar las torres y techo de la catedral. Las nuevas
torres se construyeron más esbeltas y el atrio, según diseño de López de
Romaña, fue visualmente integrado a la plaza.
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